lunes, 24 de mayo de 2010

Los chicos que sufren una situación de miedo


...pueden padecer algún nivel de Estrés Postraumático.
Los padres deben intervenir y ayudarlos a superar esa mala experiencia para continuar con una vida social óptima.


Las consecuencias de la inseguridad

En principio deben afrontar la situación de a poco. Es recomendable que si el robo se produjo a la salida de la escuela, los días siguientes los padres acompañen a sus hijos al colegio para que vayan perdiendo el miedo. Luego, y de forma gradual, ir dejándolos solos para que recuperen la confianza.
La idea es que los padres lleven a sus hijos hasta la puerta del colegio, los primeros días después del robo. Luego, los acompañen hasta la mitad del camino y gradualmente vayan descomprimiendo la situación así los niños pueden volver a viajar solos sin temor.
Además, hay que trabajar ese temor explicando que el hecho fue denunciado y tanto las autoridades de los colegios afectados, como las autoridades políticas estarán más atentas y tomarán cartas en el asunto.
En el caso que el niño no pueda recuperarse, lo recomendable será que realice un tratamiento psicológico.


Los trastornos de ansiedad


El Estrés Postraumático sucede luego de un acontecimiento traumático donde se ha puesto en peligro la vida del individuo o ha presenciado una situación de riesgo que lo lleva a revivir en cualquier momento del día el episodio con todos los sentidos.
la situación traumática de ser robado, ver violentada su intimidad, poniendo en peligro la integridad psicofísica propia o la de un ser querido, puede provocar múltiples trastornos, hasta el punto de llegar a tener temor hacia los demás y sobretodo en este caso Fobia escolar, es decir que el niño no quiera continuar asistiendo al colegio.
En el caso que el robo haya sido muy violento, la víctima puede sufrir ataques de pánico. Éstos presentan síntomas físicos. Taquicardia, falta de respiración, ahogo, miedo, desconfianza, entre otros.
Por lo general el primer episodio de pánico no se olvida jamás, a partir de allí es normal que el que lo ha sufrido tenga la sensación de que pronto volverá a ocurrirle. Quienes tienen ataques de pánico no pueden quedarse solos, porque a partir de que viven el primer ataque, su conducta cambia completamente; evita lugares donde sufrió la crisis, procura no realizar la acción que realizaba al momento de manifestarse el pánico; en fin, su conducta se ve limitada y la vida del paciente se restringe hasta el aislamiento. Esta tipología de trastornos de ansiedad, suele avanzar rápidamente y tiene consecuencias graves.
Como síntoma más grave puede darse el trastorno por ansiedad social que suele desarrollarse por el temor a salir o estar con gente debido al hecho de violencia e invasión a su intimidad que sufrió.

martes, 11 de mayo de 2010

La siesta, un sueño de 30 minutos










Aumenta el rendimiento laboral, despeja la mente y libera estrés, siempre que su duración no se prolongue más de media hora

Sobremesa, sofá y sopor. La combinación de estos tres elementos convierte la siesta en una consecuencia más que inevitable, irresistible. Bautizada por Camilo José Cela como yoga ibérico o elevada a la condición de tesoro nacional, la cabezadita vespertina levanta pasiones en nuestro país. También lo hace en otros poco o menos acostumbrados, al menos hasta ahora, a este parón en el ajetreo diario. Un estudio elaborado por la Universidad de Regensburg en 2004 mostraba, para sorpresa de sus promotores, que la proporción de alemanes (25%) que recurrían a la siesta era muy superior a la de los españoles (9%). Lo cierto es que el ritmo de vida imperante no colabora precisamente en su promoción. Y es una lástima, porque la comunidad científica ha certificado que, lejos de reducir la productividad, aumenta el rendimiento laboral y beneficia el bienestar de quien la disfruta.

Eso sí, sus ventajas están condicionadas a la dosis: para que el descanso sea saludable y efectivo, los expertos en salud recomiendan que el tiempo dedicado a dormir durante la siesta no exceda los 30 minutos. Sobrepasar ese límite puede desencadenar el efecto contrario al deseado, e incluso ocasionar consecuencias poco saludables para el organismo. Dormir la siesta en la cantidad, calidad y forma adecuada contribuye a aumentar el rendimiento laboral, descargar la ansiedad y desbloquear la mente. En los más pequeños es un hábito aún más valioso: favorece la capacidad de aprendizaje y reduce la hiperactividad y ansiedad de los niños.

Placer y salud

El origen de la siesta es antiguo, se remonta a la civilización romana que se refería como "hora sexta" al periodo de tiempo comprendido entre las 12.00 horas y las 15.00 horas. Con los años, la expresión derivó en la actual palabra siesta y en el verbo sestear. Su procedencia puede resultar desconocida para algunos, pero no sucede lo mismo con los beneficios más evidentes que se experimentan tras disfrutar de un pequeño sueño vespertino. La siesta es reparadora porque proporciona una sensación de bienestar y despeja la mente.

Previene el envejecimiento celular

Es un hábito recomendable también por sus efectos positivos en la salud psíquica de las personas. Los expertos coinciden en que una cabezadita en el ecuador del día libera el estrés y el nerviosismo acumulado durante la jornada, recarga el organismo y aumenta la creatividad, así como el nivel de alerta, necesario para prevenir posibles accidentes al volante o laborales.

Pero no sólo ayuda por "dentro", también lo hace por fuera. El descanso a media tarde previene el envejecimiento celular porque su efecto reparador es capaz de combatir los radicales libres -moléculas responsables, entre otros efectos, del envejecimiento celular-. La siesta es a la vez una aliada para mantener la piel sana y luminosa, además de acelerar el proceso de regeneración de las células y mantenerla fresca y tersa.

¿Cuánto debe durar?

Los beneficios de una buena siesta no aumentan cuanto más tiempo se duerma. Todo lo contrario. Su duración adecuada se encuentra entre los 20 y los 30 minutos, aunque en ocasiones con 10 minutos es suficiente. Cuando la siesta se ajusta a ese periodo, las personas se adentran en los primeros peldaños del sueño y no se interfiere en la vigilia. Si se sobrepasa esta media hora, es más difícil despertar y cuando se consigue es frecuente hacerlo con mal humor, y con la sensación de no haber descansado lo suficiente.

La popular "modorra" y el mal genio tras la siesta se origina cuando el descanso se prolonga en exceso. El motivo es que se profundiza demasiado en el sueño y se entra en la etapa de movimiento rápido de los ojos, conocida como sueño REM (siglas que corresponden a las palabras inglesas Rapid Eyes Movement -movimiento rápido de ojos- ), y ya no resulta tan fácil despertar. A medida que el sueño avanza, se produce un bloqueo en la recepción de la información sensorial que facilita el descanso. Esa es la razón de que un despertar durante el sueño profundo, sobre todo si ya se ha entrado en la fase REM, provoque gran desorientación, desazón y hasta confusión. Por todo ello, lo más apropiado es intentar echar una siesta cada día que no dure más de treinta minutos.

Los expertos recuerdan que el reposo a media tarde es recomendable para todas las personas, especialmente para los niños. No obstante, es cierto que su práctica se desaconseja para quienes padecen insomnio grave o tienen problemas con los ciclos sueño-vigilia, como ocurre con quienes trabajan en turnos nocturnos, o cambian con frecuencia su horario laboral.

Imprescindible para los niños

Menospreciar los beneficios de echarse la siesta durante la infancia es un error. Es una rutina fundamental e imprescindible, sobre todo en los cinco primeros años de vida del niño. En este periodo, los más pequeños adquieren nuevos conocimientos de forma continua y esta pausa ayuda al cerebro a retener la información de manera correcta. Además de estos beneficios neurocognitivos, las siestas proporcionan el tiempo de descanso necesario para reponer fuerzas y evita que algunos pequeños estén al término de la tarde irritados o tengan dificultades para dormir por la noche. Tanto es así que investigaciones en este campo han confirmado que respetar el descanso a media tarde en la infancia reduce el riego de que los niños sufran hiperactividad y ansiedad. La siesta es también un buen antídoto frente a episodios de sonambulismo o los frecuentes terrores nocturnos.

Al igual que sucede con adultos y ancianos, las horas de sueño necesarias se acortan progresivamente cuando los pequeños crecen. Un recién nacido puede dormir de 16 a 20 horas, que se reducen entre 10 y 13 (incluida la siesta) en la etapa que comprende del año a los tres años. Cuando las horas necesarias no se cubren, los más pequeños pueden mostrar signos evidentes de fatiga e, incluso, problemas más sutiles que afectan al comportamiento y al rendimiento escolar. Al contrario de lo que se pueda pensar, saltarse la siesta no asegura que por la noche el niño duerma más y mejor. La fatiga extrema puede ser contraproducente y sobreexcitar tanto a los niños que la conciliación del sueño nocturno sea una tarea aún más difícil.

En ocasiones, de manera particular cuando los niños ya alcanzan cierta edad, es frecuente que los más pequeños se resistan a descansar después de la comida. Para que duerma la siesta, es aconsejable seguir una rutina: cuando se detecten señales de sueño, como estar inquieto, frotarse los ojos o bostezar de forma continua, hay que llevarles a la cama para que sean conscientes del acto de ir a dormir y concilien el sueño por ellos mismos. Generar un ambiente agradable con música suave, leerles un cuento o escuchar una canción puede resultar de gran ayuda.

Errores que quitan el sueño

Alteraciones digestivas, acidez, digestiones pesadas, trastornos en el sueño, cefaleas, "malos humos"...Estos son algunos de los efectos secundarios que una mala siesta puede provocar. Para no sufrirlos y disfrutar plenamente de un descanso a media tarde, conviene considerar los siguientes detalles:

Reposo tras la comida: siempre que sea posible, antes de comenzar con la siesta es aconsejable esperar un mínimo de una hora después de comer. Recostarse inmediatamente después del último bocado es un hábito poco recomendable, ya que puede provocar alteraciones digestivas. Tampoco es aconsejable dormir después de las 18:30h porque se altera el horario normal de sueño.

Nada de acostarse: cuando se duerme, todo funciona más lentamente en nuestro cuerpo, incluida la digestión. En posición totalmente horizontal, se facilita el paso de ácidos de estómago a esófago y se origina el molesto reflujo. Para remediarlo, además de procurar que la siesta sea de corta duración, hay que atender a la postura del cuerpo. En lugar de acostarse, es preferible permanecer recostado de forma cómoda.

¿Cama o sofá?: aunque la cama sea una opción muy tentadora, lo recomendable es conciliar el sueño vespertino en el sofá o en una butaca cómoda. De esta manera se asegura una duración más cercana a la ideal aconsejada por los expertos.

Lo bueno si breve...: para beneficiarse de los efectos saludables de una buena siesta, su duración debe rondar la media hora. No obstante, la necesidad de sueño varía en función de la edad y se modifica a lo largo de nuestras vidas. Los bebés duermen más porque eso les permite activar determinadas funciones hormonales, los adultos no necesitan tanto tiempo y los ancianos son los que menos duermen porque sus fases de sueño están más fragmentadas.

Prohibida para los insomnes: la siesta es recomendable para todos. El reposo a media tarde es especialmente beneficioso para los niños, pero es un hábito que se desaconseja para las personas que padecen insomnio grave o que trabajan durante la noche o a relevos porque es frecuente que sufran problemas con los ciclos sueño-vigilia.

El dolor de cabeza en niños


A pesar de que sólo un mínimo porcentaje de casos de cefalea tienen su origen en una enfermedad grave, es uno de los síntomas que más preocupa a los padres
La prevalencia del dolor de cabeza infantil se ha triplicado en los últimos 20 años. Sin embargo, su manejo analgésico es todavía una asignatura pendiente. En la mayoría de los casos, se entiende como un problema común y se aborda del mismo modo que una subida de temperatura (fiebre). Los medicamentos más utilizados y prescritos por los especialistas son el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos aunque, a menudo, ni las dosis, ni el horario de tomas o la forma de presentación se ajusta al tratamiento adecuado. Para distinguir una cefalea de un problema más grave de salud hay que realizar una exploración física completa, además de un examen clínico que recoja los antecedentes patológicos y familiares del afectado. No obstante, pese a la preocupación de los padres, un mínimo porcentaje de los casos de cefalea tienen su origen en una enfermedad grave.
El dolor de cabeza se considera a menudo un trastorno común. Sin embargo, tiene un gran impacto en la vida diaria del afectado y, en el caso de los niños, en su vida escolar. Un niño con cefalea pierde el doble de días de escuela que otro sin dolor de cabeza. Los costos individuales y sociales obligan a tenerlo en cuenta como entidad patológica y, por ello, es fundamental el diagnóstico correcto y un tratamiento eficaz.
En una revisión reciente realizada en Navarra, se detectó que la cefalea afecta al 40% de los menores de 7 años y al 75% de los menores de 15 años. Otros trabajos sobre la prevalencia señalan que cerca del 12% de los niños entre 5 y 15 años padecen migraña, frente al 1% que sufre cefalea tensional. Los datos indican que la migraña aumenta desde un 3% entre 3 y 7 años, a un 4% y un 11% de los 7 a 11, y de un 8% al 23% de 11 a 15 años, con una edad media de desarrollo de los síntomas de 7,2 años en los niños y 10,9 años en las niñas. Lo más destacado: la mitad de los afectados no acude al médico.

Aspectos diferenciados
Migraña y cefalea tensional son las formas más habituales de dolor de cabeza. La migraña es un dolor pulsátil que puede desarrollarse junto con náuseas, vómitos y/o fotosensibilidad y, a menudo, afecta sólo a un lado de la cabeza. Algunos pacientes experimentan síntomas que avisan de que están a punto de sufrir un dolor de cabeza (aura). La cefalea tensional o vasomotora es un dolor de cabeza continuo, no pulsátil, que en general rodea la parte alta del cráneo. Se asocia con la tensión muscular de esta zona y, cuando se desarrolla dos o más veces por semana durante algunos meses, se la considera un trastorno crónico. Puede durar de unos minutos a varios días y las personas afectadas no experimentan otros síntomas.
Hay distintos tipos de dolor de cabeza en niños, según su evolución en el tiempo: agudas que, a su vez, pueden ser localizadas o generalizadas; recurrentes, que tiene en la migraña su entidad más frecuente; y crónicas, que pueden ser progresivas, relacionadas con el dolor, o no progresivas, cuando sus síntomas no evolucionan en intensidad. No obstante, a los padres les preocupa sobre todo "cómo diferenciar la cefalea de causa psicógena o tensional del dolor de cabeza originado por problemas orgánicos intracraneales, sobre todo, debidos a tumores", asegura Ana Soriano, pediatra de atención primaria de Barcelona.
Ante cefaleas persistentes, hay que llevar un registro de la duración, frecuencia o factores agravantes de la cefalea y su respuesta al tratamiento
Esta especialista explica que, para poder realizar un diagnóstico diferencial, es necesario valorar una serie de parámetros. Hay que conocer los antecedentes familiares, ya que en la migraña es frecuente que alguno de los dos progenitores (o los dos) la sufran o hayan sufrido en la infancia. Mientras, en cefaleas tensionales o cuando el dolor se origina por un proceso tumoral, no se registra esta relación. Otros aspectos de suma importancia son la forma de instauración y el tiempo de evolución. Un dolor de cabeza no progresivo, que conlleva meses de evolución, es característico de cefalea tensional y migraña. Cuando el dolor es progresivo, con una evolución de varias semanas, es posible un incipiente proceso tumoral. El ritmo horario es otro factor revelador: puede ser vespertino (asociado a cefalea tensional), matutino y que provoca despertar nocturno (tumoral) o variable (típico de las migrañas).
Respecto a la calidad del dolor, si es opresivo, se asocia a cefalea tensional o proceso tumoral. Si es pulsátil, a migraña. En cuanto a la duración, es primordial saber si el dolor de cabeza dura horas (migraña) o si se sufre de forma constante (tensional) o diaria (tumoral). Su localización también brinda algunas pistas para el diagnóstico: si se instaura en la parte frontal de la cabeza o tienen afectación hemicraneal se asocia a migraña, en la zona occipital -límite posterior de la cabeza- o en toda la cabeza se relaciona con cefaleas por tensión y cuando la zona es variable se estima un posible proceso tumoral.
Junto con las anteriores, son fundamentales otras particularidades como el aura visual, náuseas o vómitos, fotofobia (sensibilidad a la luz) o fonofobia (sensibilidad al ruido) -como ocurre en las migrañas-, estados de ansiedad, factores desencadenantes, cambios de conducta, alteraciones neurológicas (visuales o del equilibrio) y alteraciones de la sensibilidad, que se traduce en hormigueo, adormecimiento o acorchamiento de alguna parte de la cara.
De la misma manera, la respuesta del organismo ante los fármacos que se administran supone pistas para el especialista sobre un posible origen del dolor de cabeza. "Los analgésicos son eficaces ante migraña, son poco efectivos ante la cefalea tensional y nada ante procesos tumorales ", explica la especialista. Añade que "el tratamiento será distinto según la causa", por lo que, ante cefaleas persistentes, se solicita a las familias que lleven un registro mensual del dolor para definir la frecuencia, los factores agravantes y los aspectos asociados al dolor. Así se evalúa el tipo de trastorno y cuál es la respuesta del tratamiento en el tiempo. Incluso, en ocasiones, se pide al niño que dibuje los elementos que ve al inicio de los síntomas de cefalea para concretar la presencia de aura (en el caso de migraña clásica) o su ausencia.

ANALGESIA PARA NIÑOS
En el tratamiento agudo de la cefalea en los pacientes infantiles se administran analgésicos de venta libre -que no necesitan receta médica-, que son eficaces para muchos otros tipos de dolor. Los más utilizados son el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). El paracetamol es un analgésico suave que se usa para aliviar el dolor de cabeza y otras molestias comunes, como la fiebre, aunque no es útil para reducir la inflamación. Es respetuoso con la mucosa gástrica pero, si se toma en dosis excesivas, puede llegar a ser dañino para el hígado.
Entre la familia de los AINE, destaca el naproxeno o el ibuprofeno, el ácido acetilsalicílico (aspirina) y el ketoprofeno, entre otros. Estos fármacos, además de bajar la fiebre, reducen el dolor y la inflamación. Sin embargo, la aspirina no se recomienda de forma habitual para tratar niños con infecciones virales, como la varicela o la gripe, porque se asocia al síndrome de Reye (daño cerebral agudo y problemas con la función hepática). No obstante, si el problema se convierte en crónico y el niño requiere analgésicos de manera continua, el médico debe establecer unas pautas regladas de prescripción, basadas en la evidencia científica disponible.

La leche con cocoa



Aporta beneficios importantes en la alimentación de los niños, ya que aporta el 50% de los antioxidantes de tipo flavonoide.



Los flavonoides son antioxidantes naturales.

Se han analizado la dieta sobre un total de 2190 niños y adolescentes de todo el país, cuyas edades fueron de 5 a 14 años.
Según el estudio, la leche con cocoa aporta más del 50% de las recomendaciones respecto al consumo de flavonoides para la dieta infantil, y complementa el consumo de frutas y verduras, que aportan la otra mitad de antioxidantes.
El estudio que se efectúo respecto a los antioxidantes naturales en donde se ha estudiado que la quercetina, un potente antioxidante de la cocoa podría contribuir en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo a estudios efectuados por expertos en Cataluña (Departamento de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona).

lunes, 10 de mayo de 2010

Parejas “mixtas”


Según algunos terapeutas de pareja, el matrimonio ideal debería ser integrado por personas de semejante nivel económico, social, cultural, religioso, etc.
Pero, personas de diferente condición forman pareja, y esto no tiene que ser considerado un problema a priori ni podemos decir que no tengan buen pronóstico.
Muchas veces la diversidad es un motivador.
Estas parejas “mixtas” pueden estar integradas por personas diversas por sus condiciones, elecciones, valores o rasgos.
· En política: de izquierda y de derecha.
· Una persona con una discapacidad significativa y una persona sin ella.
· Una persona muy joven y una persona de mucha edad.
· Un ateo con un cristiano.
También se puede considerar mixta una pareja entre:
· Un campesino, y una citadina.
· Una persona muy adinerada, con una persona de muy bajos recursos económicos.
· Una persona con un muy alto nivel intelectual, y una persona sin educación.
Etc.
También se escucha el término de pareja despareja referida a:
· Una persona muy alta y una muy baja.
· Alguien muy flaco y alguien muy obeso.
¿Estas diferencias, ser mixtos, realmente tienen algún peso?
Mixto, significa “mezcla”, y esta idea nos puede generar profundo rechazo ya que todos los seres humanos somos esencialmente y básicamente iguales.
El sentido de igualdad es el que se reciente cuando hablamos de parejas mixtas, por eso es que debemos colocar unas notorias comillas a este concepto.
Pero debemos reconocer que existen actitudes milenarias de rivalidad de parte de ciertos sectores de la humanidad hacia otros, por diversas y no siempre muy razonables razones.
¿Cómo son los noviazgos de parejas mixtas, pelean más que los novios “parejos”?
¿Cómo suele influir la oposición de los padres o del medio en ellos?
En el noviazgo y pese al acuerdo mutuo pueden darse situaciones muy irritantes y enojosas si los padres o él círculo más íntimo se opone a la relación.


Todos podemos haber escuchado de algún caso cercano, por ejemplo de una familia tradicional judía que se oponga a la unión con un católico, pueden llegara al punto de amenazas, quitar las herencias o la típica frase “mi hijo murió para mí”.
Esto puede llevar a situaciones muy dolorosas para todos y en ocasiones pueden llegar a separar a la pareja.
Podemos entender que si una pareja logra ser separada por los padres o el medio social, no tenía muy sólidas bases o no estaban maduros para sustentarse frente a la adversidad.
Muchas veces es muy significativo ver como personas que se denominan a sí mismo como liberales, abiertas y comprensivas al enfrentarse a una situación de pareja mixta de un hijo actúan con ambigüedad incomprensible.
Aquello de “yo no soy racista pero no me gustaría que mi hijo se casara con un chino, judío, cristiano, afro americano, etc.”
Esto encierra una indudable hipocresía pero no es poco frecuente que suceda.
¿La idea de incorporar sus valoras positivos sobre igualdad y de reivindicación de la libertad puede sustentar estas relaciones?
El sentido de la igualdad de todos los hombres ante la ley posee idénticos derechos y obligaciones y solo podrían diferenciarse en talentos y virtudes como reza la constitución.

¿No hay tiempo para el encuentro?









Ellos se atraen, se quieren, no hay terceros en discordia, a veces no hay chicos, ni aparentes problemas económicos, familiares de salud.
Aparece como al pasar, como algo no tan significativo, como algo natural, el trabajo. De hecho lo es, es natural.
Ella trabaja en 2 lugares, él sale a las 6 o 7 y llega a las 18 pero ella no está, va al club u otra actividad y cuando ella llega, él ya preparó la comida, cenan miran TV (abrazados quizás) pero la energía no da para más, y ya se comienza a mirar el reloj como si éste empezará a marcar la cuanta regresiva hacia su tan antipática alarma matinal.
La actividad laboral muchas veces nos consume no solo la energía dispuesta para el trabajo, también atenta contra la libido y hasta con la energía vital.
No comemos bien, “como parada y a las corridas”, “no voy al baño en todo el día, porque si no estoy en mi casa no puedo”, “estoy contracturada por la posición de trabajo”, “tengo migrañas por la computadora o por trabajar en lugares sin luz natural”, “en mi trabajo no se si es de día o de noche, o si llueve afuera”, algo de esto les suena conocido??
No lo percibimos pero en ocasiones nuestra vida en el ambiente laboral se lleva mas de lo que creemos, con las horas contratadas para la tarea y al final, el precio que se paga por la función, termina siendo bastante bajo en comparación con lo obtenido.
No todos los trabajos son inadecuados, pero lamentablemente muchos si lo son.
Entonces la vida sexual se pone en juego en pulseada con el crecer económicamente, profesionalmente etc.
Por supuesto que estas son facetas de la vida importantes, pero en la pareja tendrá que haber una comunicación muy franca y clara sobre lo que sucede.
Es muy importante que ambos hablen de lo que pasa con franqueza y sin miedo.
Se evita así la típica conducta de encontrar culpables a lo que sucede. “Yo lo haría pero es ella que siempre busca excusas”, o “es él que no me seduce, llega de mal humor y no me motiva, todavía que estoy cansada…”
El enfrentar el problema, conocerlo y comprenderse mutuamente es un punto de inicio necesario e imprescindible.
Luego, en conjunto, encontrar un espacio para la intimidad que ambos entiendan posible y agradable.
Un encuentro en la ducha antes de dormir, o una relación rápida en la cama, o caricias que brinden placer en el sillón al mirar TV. Con límites posibles y con situaciones en que la energía sexual dé para cumplirlas entre semana, suelen ser buenas soluciones para sobrellevar el sobre trabajo.
El deseo se refuerza en si mismo y mantenerlo aunque sea en pequeñas porciones día a día es fundamental para la salud de la pareja.
Si en este momento de la vida no hay tiempo porque el desarrollo profesional es importante, encontremos un espacio para el placer con nuestra pareja en la medida de lo posible, pero no dejemos que desaparezca.
Al recuperar esos encuentros, todo cambia, están mas distendidos, la relación con la pareja mejora y hasta el ámbito laboral es mas llevadero.
Esto sucede porque el sexo en una relación es fundamental, es un tester del otro. Con el encuentro sexual, constatamos los sentimientos, la presencia de nuestra pareja en cuerpo y mente.

Mucho se ha hablado sobre el amor













Poesías, canciones, novelas, películas, filósofos, pensadores, magos, han intentado en la historia definir, controlar, encender o apagar este sentimiento que impacta fuerte en nuestra emotividad.

La antropología lo explica como un recurso evolutivo, una manera de lograr que las parejas permanezcan unidas y así optimizar el desarrollo humano en sociedad y favorecer el cuidado y protección de la descendencia y del núcleo familiar.
La ciencia también ha dedicado tiempo a él, aunque no con la seriedad y profundidad que muchos entienden.
Intentan saber cómo actúa a nivel cerebral, como afecta la salud en general, y hasta han intentado inventar un fármaco para “curarlo”.
Ahora si intentan encontrar el antídoto, deberíamos definirlo como una enfermedad??
Al parecer muchos especialistas creen que si lo es.
El psicólogo clínico inglés Frank Tallis, sacó un libro sobre el tema en el cual asegura que el amor es una forma de enfermedad mental, que es necesaria, y para la que en verdad no tenemos tratamientos ni cura.
Dice: "Como psicólogo clínico, tengo la impresión de encontrar en esto a muchos de mis pacientes y no puede ser definido de otra manera. Se van con diagnósticos oficiales de depresión o disturbios de ansiedad pero son en realidad la específica experiencia del enamoramiento".

El estar enamorado provoca cambios intrínsecos en los pensamientos y conductas de las personas, puede influir en sus valores, motivaciones, límites, proyectos de vida, etc.
Cuando es correspondido y en un marco de felicidad, este estado emocional suele favorecer la experiencia de la vida de quien lo transita.
Suele optimizar a la persona en sus emprendimientos, motivarla, y hasta mantenerla saludable física y mentalmente.

El problema es que en la versión negativa esta alteración emocional puede ser destructiva.
Depresión, bajas en el sistema inmune, stress, angustia, agresividad, falta de disfrute de la vida, obsesiones, cuadros maníacos, enfermedades médicas, y hasta la muerte.
Te invade. La persona cree que no puede vivir sin el ser amado, se condiciona su percepción del mundo que lo rodea y de su propia vida.

En el sexo también impacta, ya no hay dudas que existen, el sexo por sexo, el sexo por amor y una combinación de ambos.

Una experiencia es la pasión, el deseo y excitación que surge por alguien pero con quien no surge la idea de permanencia o convivencia.

Se busca la descarga sexual, el deseo lleva a buscar la intimidad y el placer, pero luego no aparece la necesidad de la permanencia en lo cotidiano con esa persona, o el deseo de la contención afectiva o necesidad del otro para construir el día a día. Este sentimiento puede ser muy fugaz o puede que la química sexual entre 2 personas perdure, pero siempre en ese marco.
Esta manera de vivir el sexo ha sido narrada como más masculina que femenina, pero hoy al ir desterrando tantos mitos machistas que lo condicionaban, ya está cambiando la apreciación y se entiende que las mujeres también pueden establecer, y de hecho lo hacen, este tipo de vínculos desprendido del amor.


Otra experiencia puede ser la "amorosa".

La búsqueda de la intimidad y el sentimiento de cariño, llevan a generar una respuesta erótica pero domina el enamoramiento ante la pasión.
Estas personas pueden o no tener orgasmo, el encuentro puede no ser muy enriquecido desde el punto de vista erótico, pero no importa porque lo que se busca es el contacto es la cercanía con el cuerpo de quien se ama, y esto otorga mas placer que ningún juego erótico.


Y la tercera opción, sería una mezcla de ambas, potenciada al tener una fuerza doblemente impactante, la pasión y el amor.

“Te deseo, me excitas y estimulas mis fantasías sexuales más atrevidas. También me conmueve tenerte cerca, que me tomes la mano y poder dormir cada día junto a ti es mi mayor placer.”


Exceso de autocontrol en la relación sexual


El retardo eyaculatorio es un problema sexual similar pero contrario a la eyaculación precoz. Podríamos decir que están en polos opuestos. Lo definimos como exceso de control eyaculatorio.

Las causas de este problema, suelen ser en mayor porcentaje de origen psicológico, ansiedad, exceso de reflexión y observación sobre la respuesta. “tengo que lograrlo”, “creo que me va a pasar lo mismo, seguro que tampoco lo logro esta vez”, “quiero concentrarme pero no logro dejar de pensar que me va a pasar de nuevo, que no voy a poder”.

Estos suele ser ideas y pensamientos que acompañan al varón que sufre de retardo eyaculatorio.

Es muy frecuente que se terminen viviendo las relaciones sexuales como un escollo a pasar, o una prueba, a tal punto que poco a poco se va desvirtuando el fin placentero del sexo y se transforma en una obsesión por lograr el tan ansiado orgasmo.

El problema es que nuestra sexualidad, generalmente no funciona cuando se la observa y no se la deja fluir libremente, convirtiéndose en una búsqueda alienante pues se vuelve en tu contra.

Muchas veces hemos visto también que genera dificultades en la relación de pareja porque la frustración y toda la tensión que domina el encuentro amoroso, termina desgastando y haciendo mucho daño a ambos.

No tiene por qué tener nada que ver con tu capacidad de amante, aunque eso te haga sentir la situación. Yo entiendo que para la mujer puede ser algo frustrante no lograr el máximo placer de él, pero ejercer presión es lo menos recomendado en estos casos, porque suele ser un problema generado por la auto exigencia y sobre observación.

Todo lo que sea facilitarle el juego distendido y quitarle importancia a que él termine, ayudará.

Él debería intentar controlar su ansiedad, no pensar tanto en el orgasmo sino concentrarse en disfrutar el momento, enriquecerlo eróticamente e intentar no observar lo que está pasando, y en cambio, dejar a la mente libre para jugar con las fantasías y contigo.

Que intente no pensar en el orgasmo que éste se dará solo si logra dejar transitar todo lo previo con buen nivel de excitación.

Si no mejora siempre pueden pedir ayuda. Hoy contamos con tratamientos acordes para favorecer la vida sexual de las parejas.

Testosterona


La testosterona (andrógeno presente en varones y mujeres) juega un importante papel en elegir una pareja.

En el momento del ciclo en que la mujer tiene elevado el nivel de testosterona, tiende a sentir atracción por varones con características físicas que se consideran masculinas -desde lo biológico- muy marcadas. Mas vello corporal, rostros más angulosos mandíbulas prominentes, caderas angostas manos grandes, etc.

En cambio, los varones, en un momento de testosterona elevada, tienden a sentir atracción por mujeres con rasgos que se entienden como más femeninos, también desde un punto de vista biológico. Caderas anchas, piel sin vello, pechos amplios, mandíbulas pequeñas, labios carnosos manos y pies pequeños, etc.

Esto no tiene que ver con la belleza según las modas .

Hay un momento en mujeres y varones, en que la testosterona se eleva y en ese momento, esta hormona, guia de manera involuntaria a la persona hacia una pareja en base a mandatos primitivos y de impulsos básicos de selección.

Si la testosterona es más alta, se tiende a buscar con el instinto, y con menores niveles, cuentan factores más intelectuales, culturales, sociales, etc.

sábado, 8 de mayo de 2010

Buenas notas en matemáticas


La formación de la madre es el principal factor de éxito que encontraron cuando analizaron los resultados.
exámenes hechos a 2.558 niños, representativos de los más de 500.000 alumnos de 7 a 10 años de los 15.000 colegios del Reino Unido.

Los investigadores querían demostrar que los niños que habían ido a preescolar obtenían mejores notas, pero la sorpresa fue que ese factor, aunque influía, no era el principal. De las nueve variables estudiadas, la más importante era la formación de las madres, que pesaba el doble que la de los padres.

El trabajo confirmaba la superioridad de los niños sobre las niñas al afrontar las matemáticas. Pero este factor ocupa el último de la lista, por detrás incluso del peso al nacer.

Estos resultados confirman la influencia de la preparación de los padres a la hora de que los niños se enfrenten a una asignatura que, tradicionalmente, es la que más quebraderos de cabeza les causa.



Respuesta positiva

Progenitores más preparados pueden resolver con más facilidad las dudas que les planteen los hijos, les da la seguridad de que van a obtener una respuesta positiva. Lo que más importa, aunque no puedan solucionar todas las dudas, o no den la respuesta exacta, es que muestren un interés; así se constituyen en un referente.

La psicóloga clínica Beatriz Azagra cree que hay otro factor: "La aptitud numérica está vinculada a la inteligencia verbal, y, hablando en general, ésta se transmite más por la vía materna".