Dime algo y lo olvidaré;
enséñame algo y lo recordaré;
Hazme partícipe de algo y
entonces aprenderé.
Confucio
Educación de emprendedores:
lo que debes tomar en cuenta al enseñarle a tu hijo a tener un negocio propio.
Un negocio propio es el mejor contexto para que sus hijos adquieran habilidades emprendedoras y una educación financiera sólida.
¿Por qué querría enseñarles a sus hijos cómo tener un negocio propio?
La respuesta es simple: porque es muy probable que ellos no lo aprenderán en ninguna otra parte si usted no se los enseña.
Considere por un momento todas las lecciones que sus hijos aprenderían al tener su propio negocio, por muy pequeño e insignificante que sea:
· Aprenderían a ver una necesidad y suplirla. Esto les ayudará a discernir oportunidades a futuro.
· Darían rienda suelta a su creatividad al tratar de satisfacer una demanda
· Desarrollarán su espíritu emprendedor y sus habilidades administrativas
· Adquirirían las habilidades necesarias para manejar el dinero con sabiduría
· Cometerán muchos errores importantes en una etapa en la cual estos no son tan perjudiciales
· Aprenderán principios básicos de contabilidad
· Vencerán su timidez y el temor al rechazo al tratar de vender su producto
· Sentirán la tremenda satisfacción de poder producir dinero con sus habilidades y talentos
· Aprenderán a una edad muy temprana cuales son sus fortalezas y cuales son sus debilidades
· Acompañado de una fuerte enseñanza en valores, aprenderán a usar sus recursos para el bien de otros
En fin, son suficientes argumentos para que considere enseñarles a sus hijos cómo tener su propio negocio. La mejor manera de aprender algo es haciéndolo, especialmente en el caso de los niños. Incentívelos a tener su negocio propio.
¿Cómo le va a enseñar si usted mismo jamás ha tenido un negocio propio?
No es difícil, ya que los niños son emprendedores innatos. Sólo tiene que incentivarlos y darles ideas de negocios que son factibles de realizar a su edad:
· Elaboración y venta de productos caseros cómo galletas, chocolates o mermeladas
· Servicios de aseo, jardinería, corte de pasto
· Comprar al por mayor y vender al detalle (por ejemplo: dulces, golosinas)
· Producir y vender hortalizas
· Tener animales y vender cachorros, huevos, carne, etc.
· Dar clases de alguna habilidad que tengan
Una vez que su hijo esté entusiasmado con un proyecto de negocio, solo tiene que permitirle suficiente tiempo para que pueda desarrollarlo. Quizás es el momento de reevaluar actividades extra-programáticas que le quitan mucho tiempo y que no sean tan importantes. Muchas veces estas actividades solo alimentan la indulgencia consigo mismo. Recuerde que usted les está dando a sus hijos la oportunidad de aprender habilidades valiosas que pueden impactar su futuro poderosamente.
En el colegio no lo aprenderán todo
Usted seguramente es un padre que con gran sacrificio y dedicación le está tratando de dar la mejor educación posible a sus hijos. En la mayoría de los casos, eso significa mandarlos al mejor establecimiento educacional posible.
Sus esfuerzos son loables, pero debe comprender que cualquier colegio, por muy bueno que sea, solo va a suplir una parte de la educación que sus hijos necesitarán para vivir una vida exitosa. No caiga en el error de asumir que el colegio le enseñará todo lo que sus hijos deben saber, especialmente en el caso de que sus hijos no tengan habilidades académicas.
Su hijo no va a llegar muy lejos si solo está equipado con vastos conocimientos académicos. Son las habilidades de relacionarse con Dios, con uno mismo, con las demás personas, con los bienes materiales y las habilidades propias de cada persona las que van a determinar el grado de éxito en el futuro de cada persona.
Y usted es la persona indicada que debe ayudarles a sus hijos a desarrollar dichas habilidades..
Respete el proceso en desmedro del resultado final
Ahora, el enfoque que debe tener como padre al enseñarles a sus hijos como tener un negocio propio va a ser diferente al enfoque que tendría con un negocio suyo.
Aunque es importante esforzarse para que el negocio tenga éxito, el fin va a ser netamente educativo. Es importante tener esto en mente desde un principio, ya que nosotros los adultos nos enfocamos demasiado en el producto final cuando lo relevante es el proceso del aprendizaje. Nos gustan las buenas notas, las distinciones y los diplomas, pero no nos fijamos en lo que sucede en el corazón del niño mientras que asimila todos estos nuevos conocimientos.
El proceso es mucho más importante que el producto final. Un proceso de aprendizaje sano debe tener los siguientes ingredientes: motivación propia, entusiasmo, enfoque, individualismo, estar relacionado con la vida real, productivo y debe proveer una experiencia de éxito más allá de una nota o el consentimiento de usted. El niño debe comprender que se ha superado en un área de aprendizaje y que lo puede volver a lograr en cualquier otra instancia.
Proporcione experiencias de la vida real
Esté preparado para hacer cosas poco convencionales con sus hijos. Por ejemplo, para que aprendan a negociar, ¿qué mejor lugar que el mercado local para que aprendan a debatir sobre el precio de sus productos?
Nosotros hemos llevado a nuestros hijos a una feria local en la cual venden sus pollos y ropa usada. En ese contexto tan poco elaborado, pero real, han ganado muchas experiencias valiosas. Fuera de aprender a sacar el mejor precio para sus productos, aprendieron a cuidar sus cosas, ya que les robaron una bolsa completa de mercadería en una oportunidad.
Teniendo siempre en cuenta su edad y vigilándolos de cerca, hay muchas oportunidades en las cuales pueden aprender lecciones de la vida real.
Educando emprendedores desde niños
La educación de los futuros emprendedores y hombres de negocios es una tarea que comienza desde niños. ¿Cómo hacerlo con tus hijos?
Insista en la contabilidad
Es importante que sus hijos aprendan desde un principio que deben saber cual es el estado de sus cuentas. Tienen que saber si están ganando o perdiendo dinero con su negocio. Para eso les puede enseñar nociones básicas de contabilidad. Una simple columna de ingresos y de egresos es suficiente cuando son chicos. Recuerde que usted está creando hábitos, aún no busque la perfección.
Incentívelos a mejorar y a innovar en su negocio
Una vez que su hijo ya tenga un negocio andando, ayúdele a incrementar. Pregúntele cómo podría mejorar su negocio, incrementar la calidad de sus productos, aumentar la variedad de los productos que está ofreciendo, alcanzar a más clientes, etc.
A pesar de que estos términos encierran conceptos que solo parecen pertenecer al mundo de los adultos, son muy simples y fáciles de comprender si dejamos de lado la complejidad que nosotros, los adultos, les hemos conferido.
Innovar simplemente significa probar nuevos métodos, como por ejemplo ofrecer mermeladas de diferentes sabores. Un mejor marketing simplemente significa preguntarle a la vecina qué tipo de galletas son sus favoritas. Mejorar la calidad del producto simplemente significa agregar más o mejores ingredientes, mejorar el envase o la envoltura. En fin, son conceptos básicos que cualquier niño puede entender.
Por ejemplo, nuestros hijos comenzaron su gallinero con razas de gallinas comerciales. Pronto descubrieron que hay gallinas criollas en Chile que ponen huevos azules de los cuales se ha comprobado científicamente que tienen un 30% menos de colesterol. Se consiguieron huevos azules, los incubaron y hoy en día sus clientes hacen cola para poder comprarles.
Enséñeles a crear sistemas
Un concepto importante de negocio que debe enseñarles a sus hijos es el de armar sistemas que funcionen sin ellos. Para que sus hijos no terminen como empleados de su propio negocio cambiando horas por dólares, enséñeles a delegar funciones y a dedicarse más a la visión y a la administración de su negocio. Hábleles sobre las ventajas de crear ingresos pasivos.
Éste concepto tampoco es demasiado elaborado para el mundo de su hijo. Una vez que hayan captado la idea de poder ganar dinero sin tener que trabajar, se sorprenderá con lo creativos que se pondrán para buscar maneras de delegar. Su hijo puede involucrar a sus amigos en el negocio. Por ejemplo, nuestra hija compró productos cosméticos que resolvió vender entre sus pares. Para eso "contrató" a una prima y a una amiga y les pagó una comisión.
Educación en valores:
Inculque la generosidad
Quizás la lección más importante que sus hijos puedan obtener de un negocio propio es la de aprender a relacionarse correctamente con el dinero.
Enséñeles a sus hijos desde una edad muy temprana que el dinero es como el fuego: se puede usar para hacer algo bueno, como cocinar una comida, o puede salirse de control y destruir un hogar.
Ayúdeles a mirar a esos billetes que se están acumulando en su alcancía como una herramienta para hacer el bien. Está bien que se compren un juguete como recompensa por sus esfuerzos, pero deben comprender que la acumulación de bienes solo para la satisfacción propia no les traerá la felicidad.
Solo vivirán una vida de éxito cuando obtengan la visión de que su negocio será para servir a otros y poder colaborar con su grano de arena para que éste mundo sea un mejor lugar. Esa es la lección más importante que sus hijos puedan aprender al tener un negocio propio.
http://EducacionParaElExito.com
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Cómo ser un líder
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Sugerencias para fomentar la iniciativa y la independencia
Todos los padres a través de la educación, podemos inculcar en nuestros hijos, el impulso motivador que necesitan para triunfar. No podemos asegurarles los éxitos, pero podemos alimentar su confianza en si mismos, su coraje, y su capacidad de iniciativa, escalones que les ayudarán a alcanzar los objetivos que se propongan. Todos deseamos que nuestros hijos se conviertan en adultos activos y emprendedores, pero para conseguirlo hemos de plantar desde la infancia, las semillas de algunos valores imperecederos:
Permíteles tomar decisiones: Aunque aún sean pequeños, podemos encontrar momentos en los que demostrarles que confiamos en sus decisiones y que no intentamos que hagan las cosas a nuestro modo. Dejarles tomar la iniciativa cuanto antes en asuntos sencillos como elegir su ropa, o el cuento que leeremos por la noche, les ayuda a adquirir confianza en si mismo. Conforme se van haciendo mayores, es bueno tener en cuenta sus opiniones en temas que afectan a toda la familia, como el lugar donde ir de vacaciones, etc… Para apuntalar su determinación y fe en sí mismos lo mejor es que comprueben que creemos en ellos.
Ofrécele tu apoyo: Es más importante darles nuestro aliento que bienes u objetos materiales. Por supuesto que todos deseamos para nuestros niños una vida confortable, pero si se lo damos todo, no permitimos que midan sus propias fuerzas al intentar alcanzar sus deseos. Sin embargo, apoyarles en sus iniciativas y elogiar sus esfuerzos les infundirá fuerza extra y una mayor determinación. Para ello es importante escucharles, descubrir sus motivaciones, demostrarles que les hemos comprendido, aún cuando no estemos de acuerdo totalmente con sus ideas, y además recordar elogiar sus iniciativas en su presencia cuando estemos frente a otros adultos.
Refuerza sus puntos fuertes: Todos tenemos intereses especiales y somos capaces de una peculiar maestría en determinados campos de actividad. Siendo unos padres observadores estamos en una inmejorable posición para encontrar aquellas áreas en las que nuestro hijo podrá destacar. No obstante, afianzar la confianza y la seguridad en si mismos implica también ayudarles a ampliar sus horizontes, proponiéndoles diferentes alternativas en las cuales quizás no se les hubiera ocurrido explorar. Ellos deben entender que con esfuerzo y perseverancia pueden alcanzar cualquier objetivo, pero irán aprendiendo que unas actividades las hacen mejor que otras. Y los padres estaremos atentos para animarles a practicar justamente aquello por lo que mostraron una mayor pasión.
Háblale del valor del trabajo: Por más que el niño encuentre pronto su vocación, los padres debemos enseñarle que cualquier logro requiere esfuerzo y trabajo a muchos niveles. Cuando tu hijo te pida algún capricho que no entre dentro del presupuesto familiar, anímale a conseguirlo a través de su trabajo. Ofrécele alternativas de tareas caseras por las que puedas otorgarle una remuneración que servirá para pagar su deseo. Procura además que tales tareas sean de su agrado, para que entienda que el trabajo además de permitirle conseguir su anhelo, le sirve para disfrutar. No olvides hablar a menudo con tu hijo, de las satisfacciones que encuentras en tu profesión, no solo desde el punto de vista económico sino de crecimiento personal a través de la tarea bien hecha, del trabajo en equipo, y de la aportación de tu esfuerzo a la comunidad.
Permíteles tomar decisiones: Aunque aún sean pequeños, podemos encontrar momentos en los que demostrarles que confiamos en sus decisiones y que no intentamos que hagan las cosas a nuestro modo. Dejarles tomar la iniciativa cuanto antes en asuntos sencillos como elegir su ropa, o el cuento que leeremos por la noche, les ayuda a adquirir confianza en si mismo. Conforme se van haciendo mayores, es bueno tener en cuenta sus opiniones en temas que afectan a toda la familia, como el lugar donde ir de vacaciones, etc… Para apuntalar su determinación y fe en sí mismos lo mejor es que comprueben que creemos en ellos.
Ofrécele tu apoyo: Es más importante darles nuestro aliento que bienes u objetos materiales. Por supuesto que todos deseamos para nuestros niños una vida confortable, pero si se lo damos todo, no permitimos que midan sus propias fuerzas al intentar alcanzar sus deseos. Sin embargo, apoyarles en sus iniciativas y elogiar sus esfuerzos les infundirá fuerza extra y una mayor determinación. Para ello es importante escucharles, descubrir sus motivaciones, demostrarles que les hemos comprendido, aún cuando no estemos de acuerdo totalmente con sus ideas, y además recordar elogiar sus iniciativas en su presencia cuando estemos frente a otros adultos.
Refuerza sus puntos fuertes: Todos tenemos intereses especiales y somos capaces de una peculiar maestría en determinados campos de actividad. Siendo unos padres observadores estamos en una inmejorable posición para encontrar aquellas áreas en las que nuestro hijo podrá destacar. No obstante, afianzar la confianza y la seguridad en si mismos implica también ayudarles a ampliar sus horizontes, proponiéndoles diferentes alternativas en las cuales quizás no se les hubiera ocurrido explorar. Ellos deben entender que con esfuerzo y perseverancia pueden alcanzar cualquier objetivo, pero irán aprendiendo que unas actividades las hacen mejor que otras. Y los padres estaremos atentos para animarles a practicar justamente aquello por lo que mostraron una mayor pasión.
Háblale del valor del trabajo: Por más que el niño encuentre pronto su vocación, los padres debemos enseñarle que cualquier logro requiere esfuerzo y trabajo a muchos niveles. Cuando tu hijo te pida algún capricho que no entre dentro del presupuesto familiar, anímale a conseguirlo a través de su trabajo. Ofrécele alternativas de tareas caseras por las que puedas otorgarle una remuneración que servirá para pagar su deseo. Procura además que tales tareas sean de su agrado, para que entienda que el trabajo además de permitirle conseguir su anhelo, le sirve para disfrutar. No olvides hablar a menudo con tu hijo, de las satisfacciones que encuentras en tu profesión, no solo desde el punto de vista económico sino de crecimiento personal a través de la tarea bien hecha, del trabajo en equipo, y de la aportación de tu esfuerzo a la comunidad.
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