domingo, 11 de julio de 2010

Educar prosperidad




Por un lado la mayoría de los adultos carecen de una adecuada educación financiera, ya que la educación tradicional no contempla ésta área y, por otro lado, muchos padres no mencionan los asuntos financieros delante de sus hijos por temor a que podrían volverse materialistas o codiciosos.
¿Cuál es entonces el enfoque correcto si queremos que ellos dejen el hogar con los conocimientos y las habilidades necesarias para tener una sólida situación financiera en su adultez?

Cinco datos prácticos para padres que desean fomentar la educación financiera de sus hijos

1. El primer paso es reconocer la relevancia de la educación financiera en nuestros hijos y hacer un esfuerzo conciente para dejar de lado concepciones equivocadas como, por ejemplo: "Es tabú hablar de dinero."
No ignore ésta parte importante de su formación. Hábleles a sus hijos del dinero como lo hace de cualquier otro tema. Enséñeles que es un área más en la vida en la cual hay que adquirir conocimientos y habilidades para triunfar.
2. No podemos entregarles algo que no tenemos. Los padres deben educarse en las finanzas e ir traspasando los conocimientos adquiridos a sus hijos. No tenga miedo de hablarles de sus errores. Les ayudará a adquirir una visión de su futura manera de manejar sus finanzas.
3. Siempre acompañe las lecciones del dinero con una fuerte formación de valores
Nosotros enseñamos a nuestros hijos de la Biblia. En ella se habla mucho del dinero. Se sorprenderá al saber que en la Biblia hay más versículos sobre el dinero que sobre otros temas importantes como la oración, por ejemplo.
La Biblia nos enseña que el dinero no es malo en sí, sino que el amor al dinero es la raíz de todos los males. También nos enseña a ser generosos con él. Por un lado debemos financiar la obra de Dios en la tierra y por otro lado debemos ayudar a personas necesitadas.
Por ende, debemos enseñarles a nuestros hijos a no ser seducidos por el poder del dinero, sino a verlo como una herramienta para solventar nuestros gastos y hacer el bien.
4. Predique con el ejemplo
Haga un esfuerzo para mejorar su propia educación financiera y comparta sus logros con sus hijos. Las posibilidades de crecer en el área de las finanzas son muchas. Desde un mejor manejo de su presupuesto mensual hasta la posible iniciación de un negocio o una inversión que le genera un ingreso extra, los padres pueden aprender junto con sus hijos y compartir sus conocimientos, errores y logros con ellos.
Enséñeles a sus hijos a ser generosos con su ingreso. Invítelos a participar en el financiamiento de un hogar de ancianos o de huérfanos. Si va a una iglesia, enséñeles a diezmar y a ofrendar.
Si ven que usted lo hace, ellos lo copiarán
5. La forma más poderosa de aprender cualquier cosa es viviéndola
Los padres pueden crear un contexto en el cual sus hijos aprenderán a manejar las finanzas en una situación de la vida real.
Los conocimientos y las habilidades esenciales para ser un emprendedor exitoso no se enseñan en las escuelas.

La única manera de aprenderlas es:
A. Acumular experiencias cometiendo errores en un negocio propio. Los errores son los mejores maestros. Mientras antes sus hijos los cometan, mejor.
B. Trabajar en un negocio de otra persona que está dispuesta a enseñarles. No hay muchas personas exitosas que tienen la visión y el tiempo de traspasar sus conocimientos a otros, pero si tienen la oportunidad de trabajar con una ¡aprovéchela! Incluso si usted y/o sus hijos tengan que trabajar ad honorem. Es la mejor escuela para el éxito en los negocios.
Inspírelos a hacer sus propios negocios o, mejor aún, establezca un negocio en casa en el cual todos participan. Ponga metas atractivas para motivarlos. Puede ser un proyecto para financiar las próximas vacaciones, comprar y mantener una mascota, etc.
La próxima vez que le piden dinero para hacer o comprar algo, en vez de decirles: "No tengo dinero" y de paso matar toda posibilidad de que usen sus habilidades emprendedoras innatas, dígales: "¿Qué puedes hacer para producir el dinero para comprarlo?"

1. Invítelos a hacer un pequeño negocio propio
No tiene porque ser una gran empresa, lo importante es comenzar con algo.

Por ejemplo:
 Vender productos hechos en casa como chocolates, mermeladas o galletas.
 Hacer una huerta y vender los productos.
 Vender servicios de cortar pasto, lavado de autos, cuidado de mascotas, etc.

Hay miles de cosas que un niño puede hacer.

Cuando ya son más grandes puede proponerles que comiencen con un negocio online o mejor aún, hagan un negocio por Internet en conjunto. Es una excelente alternativa para armar un negocio en casa y el Internet ofrece tantas opciones diferentes.

Si usted ya tiene un negocio propio offline o por Internet, puede integrar a sus hijos y así ayudarles a ganar experiencias de vida valiosas. Aproveche el tremendo potencial que tienen las personas jóvenes. Nuestros hijos participan activamente en mi negocio en Internet y han adquirido conocimientos de vanguardia que le serán de gran utilidad en el futuro.

2. Ayúdeles a llevar una contabilidad mínima
Enséñeles lo que es un estado financiero y como elaborar uno bien sencillo para cada negocio que hagan. Deben anotar todos sus gastos y sus ganancias y calcular si el negocio es rentable o no, considerando también el trabajo invertido.

Para niños mayores o adolescentes, es bueno que aprendan a usar planillas Excel. (Nuestra hija menor las maneja sin problemas con su gallinero desde que tiene 9 años).

3. Enséñeles las diferentes opciones que tienen una vez que han ganado dinero con sus negocios:

A. Gastar: Se disfruta una vez y se fue para siempre.

B. Ahorrar e Invertir: Se pospone el placer para multiplicar el dinero y después se disfruta muchas veces.

C. Compartir: Usar nuestros recursos para satisfacer las necesidades de otros.

4. Lean juntos libros básicos sobre el manejo del dinero para mejorar sus habilidades y adquirir una visión de cómo planificarse a futuro. Padre Rico, Padre Pobre y El Cuadrante del Flujo del Dinero de Robert Kiyosaki son un excelente recurso para comenzar. (http://www.richdad.com)

5. Ayúdeles a evaluar su gestión

Una vez que ya están entusiasmados con un proyecto y han tenido resultados, ayúdeles a analizar los errores que cometieron y pregúnteles cómo los podrían evitar en el futuro. Inspírelos para ponerse metas más altas para la próxima vez, por ejemplo: vender la doble cantidad de galletas, ofrecerlas en otros lugares, producir más variedades, etc.

6. No presione a sus hijos y no se desanime si sus hijos pierden el interés en el proyecto después de 2 días.

No se enfoque en el producto final, sino en el proceso de aprendizaje.

Acuérdese de que son niños y manifiestan sus experiencias de aprendizaje de una manera informal. Nosotros los adultos estamos acostumbrados a buscar resultados y nos enfocamos en ellos. Queremos que ellos vendan "x" cantidad de galletas o que nos muestren una hoja de contabilidad perfecta.

Muchas veces esto va en desmedro del proceso mismo del aprendizaje, el que provee el poder verdadero para lograr un aprendizaje acabado y duradero. Los niños aprenderán mucho más y no perderán su entusiasmo si los deja hacer esto a su manera y al ritmo que ellos desean.

Van a hacer experiencias positivas y, poco a poco, con el correr de los años y con el constante apoyo e inspiración de los padres, van a llegar al punto en el cual formalizarán sus experiencias de aprendizaje. Recién en éste punto vamos a poder reconocer los frutos de nuestro trabajo y de los años de inversión en su educación financiera, ya que ellos demostrarán un producto más acorde con nuestras expectativas.








7.
Como guinda del postre, ayúdeles a sus hijos a adquirir una visión de producir ingresos pasivos


Inspírelos a pensar cómo pueden establecer sistemas de negocio que funcionen sin que ellos tengan que participar activamente. De ésta manera ellos tendrían la libertad para iniciar otros negocios y así incrementar sus ingresos.

Por ejemplo, pueden contratar ayuda para hacer las galletas y entusiasmar a sus amigos a venderlos con una comisión. Nuestra segunda hija compró productos cosméticos y los distribuyó entre sus amigas para que los vendieran en el colegio. De ésta manera ella aprendió a una edad muy joven la gran lección de cómo generar ingresos pasivos.

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